Acabamos de terminar con las navidades, y ya nos está pisando los talones San Valentine. Ya nos hemos dicho todo lo que nos queríamos y hemos intercambiado regalos, y un mes después lo tenemos que volver a hacer, y pobre del que no tenga pareja o no le hayan regalado nada. Si no tienes pareja, te dicen que cuando vas a sentar la cabeza, buscar una pareja y formar una familia, esto si eres chico.... Y si eres chica, te miran con pena diciendo: "pobrecita...tiene mala suerte con los hombres", y te hacen sentir como un patito feo al que nadie quiere y que se morirá sola en casa rodeada de gatos, que te comerán cuando te mueras porque nadie se enterará que has muerto. Cuando en realidad, tienes una vida completa con trabajo, amigos y cachondeo....mucho cachondeo, pero no está bien visto todavía y peor aún decirlo. Primero te obligan a tener novio, luego a que te cases, tener hijos...y cuando te has dado cuenta estás viviendo la vida que todos "los que te quieren" creen que necesitas para ser feliz. A veces sale bien, otras sale mal, y muchas otras se sobrelleva con mucha voluntad y poco amor.
Hablando de amor y de San Valentine, que es de lo que trata este artículo, hay un leyenda que cuenta que San Valentine era un sacerdote del siglo III del Imperio Romano, cuando gobernaba el Emperador Claudio II, quien decidió prohibir la celebración de matrimonios para los jóvenes,
porque en su opinión los solteros sin familia eran mejores soldados, ya
que tenían menos ataduras.
El sacerdote consideró que el decreto era injusto y desafió al
emperador. Celebraba en secreto matrimonios para jóvenes enamorados (de
ahí se ha popularizado que San Valentín sea el patrón de los
enamorados). El emperador Claudio se enteró y como San Valentín gozaba
de un gran prestigio en Roma, el emperador lo llamó a Palacio.
Aunque en un principio Claudio II mostró interés, el ejército y el
Gobernador de Roma, llamado Calpurnio, le persuadieron para quitárselo
de la cabeza.
El emperador Claudio dio entonces orden de que encarcelasen a
Valentín. Entonces, el oficial Asterius, encargado de encarcelarle,
quiso ridiculizar y poner a prueba a Valentín. Le retó a que devolviese
la vista a una hija suya, llamada Julia, que nació ciega. Valentín
aceptó y en nombre del Señor, le devolvió la vista.
Este hecho convulsionó a Asterius y su familia, quienes se
convirtieron al cristianismo. De todas formas, Valentín siguió preso y
el débil emperador Claudio finalmente ordenó que lo martirizaran y
ejecutaran el 14 de febrero del año 270. La joven Julia, agradecida al
santo, plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba. De ahí que
el almendro sea símbolo de amor y amistad duraderos.
Así que ya que sabemos que San Valentine no lo ha creado el Corte Inglés, y que realmente existió, podemos celebrar y disfrutar de ese día y de todos los días del año, porque el amor no es un día ni unas fiestas, ni un regalo, ni una cena; son esos momentos, miradas, sensaciones, complicidad, cariño, sexo, peleas, reconciliaciones, silencios cómodos, reacciones químicas, respeto y entrega a otra persona que tú has elegido para tener a tu lado.
Me encaaaaanta el amor !!!
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