Me encanta entrar en internet y descubrir los avances en la alimentación. Hoy estaba mirando páginas de alimentos permitidos y prohibidos para los alérgicos a la lactosa y dietas nuevas, y me ha sorprendido un artículo relacionado con el queso, en concreto con el parmesano. Es un queso que me encanta y que hasta hace 8 años, cuando me detectaron alergia a la lactosa, comía casi a diario. Me gustaba tomarme mi ración de queso con piquitos y una copita de vino, mientras preparaba la cena. Era un ritual que me relajaba y que preparaba para disfrutar del descanso nocturno, después de un duro día de trabajo.
Pues gracias a este divino artículo, puedo volver a disfrutar ese ratito que tanto echaba de menos. Además de saborear de nuevo los platos de pasta como Dios manda, ya que una pasta sin queso es como un jardín sin flores.
La preparación de este manjar es muy sencillo, y bastante más económico que el queso real. Tan sólo necesitamos los siguientes ingredientes:
- 1 taza de anacardos sin sal (150 gr)
- 4 cucharadas de de levadura de cerveza o levadura nutricional.
- 1 cucharadita de sal. (Yo le pondré sal del himalaya)
- 1 cucharadita de ajo en polvo
Se mezclan todos los ingredientes y se trituran con una batidora, o mejor con un robot de cocina, ya que los anacardos pueden dañar la batidora, hasta que quede una mezcla homogénea. Y listo, ya tenemos nuestro parmesano.
Espero que os haya alegrado el día tanto como a mí a los intolerantes o
alérgicos a la lactosa y a los veganos. Podemos comer
PARMESANO...yuhuuuuu
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