LOS PIES

Hoy he visitado al podólogo. Suelo ir 3 veces al año al podólogo para controlar que las uñas estén bien y así me aseguro que, ya que en este mundo debemos tener los pies sobre la tierra, por lo menos estén sanos.

Es algo que llama mucho la atención en una persona, y una de las cosas en las que nos solemos fijar (por lo menos yo) cuando conocemos a alguien. Una buena higiene y bonita forma en las uñas, tanto de las manos como de los pies, dice mucho de una persona. Me encantan las manos de los médicos, precisamente por lo cuidadas y limpias que siempre se ven.

Bueno, según me ha comentado mi doctor hoy, que me ha dado una clase muy interesante de podología, las uñas están compuestas por queratina, una proteína muy rica en azufre que endurece la epidermis siendo el componente principal de uñas y cabello. Las uñas están en constante renovación, por ello necesitan un aporte continuo de nutrientes; el déficit de ciertas sustancias provoca alteraciones en su crecimiento y apariencia, se vuelven débiles, quebradizas, con surcos, grietas o manchas. Estos síntomas pueden revelar diversas carencias nutricionales, sobre todo de vitaminas y minerales.

Para que la queratina se forme, se necesita ingerir alimentos con un alto contenido en proteínas azufradas, sales minerales y vitaminas.

Por tanto, nuestra dieta debe ser rica en minerales, como zinc, hierro, yodo y calcio. Y vitaminas A y B.

Ya sabemos que somos lo que comemos. 

Además el calzado es otro punto importante a tener en cuenta, algo que las chicas o mujeres de mi generación, no comprendemos. No se debe usar más de 4 cm de tacón. Pero mi pregunta es quien de nosotras es capaz de salir de noche sin ponerse como prenda estrella el tacón o plataforma de 10 cm mínimo??? Yo por lo menos no se andar de noche, sino es en esa altura. No se que nos ocurre, pero parece que nos transformamos como los protagonistas de la saga Crepúsculo cuando salimos de marcha. 

Así que os diré como le he dicho a mi podólogo: Tomaré todas esas vitaminas y minerales, y cuidaré mi alimentación, pero no me pidas que me baje de mis tacones.